SpiritFarer nos presenta una aventura calmada que nos enseña a conectar, pero sobre todo, a dejar ir.
SpiritFarer es uno de esos títulos que, aunque se lo merecen, no consiguen destacar lo suficiente, y es por eso que esperamos darle algo más de luz con este análisis. Gracias al servicio de Xbox Game Pass para PC pudimos disfrutar de este maravilloso título desarrollado por Thunder Lotus Games.
Tomar el relevo.
Nuestra aventura comienza cuando nuestra protagonista, Stella, toma el relevo de Charon, el antiguo SpiritFarer. Esta es una decisión que tiene un peso mucho mayor del que en un principio pueda parecer, pues es nuestra misión guiar a aquellos espíritus que vagan por el más allá.
Empecé este maravilloso título, como de costumbre, sin expectativas y sin saber de que trataba. Me sorprendí a mi mismo riendo con los divertidos, y a momentos absurdos personajes. En principio, el diálogo de los personajes puede parecer absurdo e incluso superficial, pero a medida que avanzaba mi aventura junto a ellos, este tomaba otros tonos más adultos y sobretodo, más personales. Llegué a conectar con muchos de los espíritus hasta tal nivel, que dejarlos ir me hacía llorar.
SpiritFarer tiene mucho que ofrecer en lo que llamaríamos el apartado de historia o guión, incluso existe un misterio que aparece cuando avanzamos lo suficiente, no diré más.
Creo que no es posible contabilizar la cantidad de veces que he abrazado a los espíritus. Cada uno tiene cosas que le gustan y cosas que les disgustan, y es muy importante que durante nuestro viajes intentemos mantenerlos de buen humor. Desde luego abrazarlos es uno de los grandes placeres que te proporciona el juego. No solo sirve para que les suba el humor, sino que además te acerca a cada uno de ellos, ves como reaccionan conforme a su personalidad y te precipita irremediablemente a formar un lazo único.
Algo a tener muy en cuenta es el modo cooperativo local que ofrece SpiritFarer, donde un segundo jugador podrá tomar el control del carismático gato Daffodil.
SpiritFarer tiene muchísimo contenido y me temo que no podré hablar de todo en este análisis, además, tampoco querría arruinaros la sorpresa.
Muchas mecánicas para hacer que nuestro viaje se haga más ameno e interesante.
Al usar el mapa y marcar un lugar, nuestro barco irá hacía allí a una cierta velocidad, lo que implica que si viajamos a sitios realmente lejanos tardaremos mucho en llegar. Sin embargo, no temas, aunque no te revelaré aquí como, la verdad es que existen “atajos” para evitar que los viajes lleguen a demorarse tantísimo.
Nuestro pequeño barco necesita toda la atención y cariño posible. Mejorar el barco es esencial para poder progresar en el juego. Poco a poco encontrarás nuevos materiales y serás capaz de construir ciertos edificios, como la cocina, donde podrás preparar una cantidad ingente de diferentes platos, cuya receta puedes aprender de casualidad juntando ingredientes al azar (tú imaginación e ingenio son el límite) o repartidas por el mapa (aunque solo unas pocas).
SpiritFarer tiene muchas mecánicas maravillosas, de algunas no hablaré porque eres tú quien debe descubrirlas, sorprenderte y disfrutarlas. Sin embargo, existen otras como por ejemplo, la capacidad de Stella de usar su herramienta para tocar una guitarra cuya canción, al usarla en un cultivo, hace crecer con mayor rapidez a las plantas. Además esta canción es un minijuego, donde tendremos que tocar ciertos botones al son la de música.
Una banda sonora que te envuelve en cada segundo.
Todos los momentos, ya sean tiernos o desgarradores, son envueltos en una música que no solo consigue transmitir lo que quiere, sino que además te deja tocado para siempre.
Ahora mismo, en el momento en el que escribo este análisis, me encuentro escuchando de nuevo toda la banda sonora de SpiritFarer, que me transporta a todos esos momentos que pasé durante mi aventura. Desde los sonidos que hacen Stella y su gato, pasando por los espíritus, hasta el sonido del mar, nada parece estar fuera de lugar.
Hay lugares y personajes especiales, la música resalta esa condición especial de una manera espectacular, dándole más sentido a la personalidad de algunos personajes.
Max LL, compositor de la banda sonora de SpiritFarer, ha conseguido sorprenderme, sin duda lo seguiré de cerca, allí donde pase dejará una huella y estaré allí para verlo.
La palabra “belleza” cobra un nuevo significado.
La belleza y sobretodo la calma que reflejan los diseños de Spiritfarer son abrumadores. Stella y Daffodil son unos personajes muy únicos, al igual que los espíritus que nos irán acompañando en nuestro viaje. La diversidad que muestra es más que notoria. Cada espíritu es especial, no solo visualmente sino también emocionalmente.
Las diferentes localizaciones no se quedan atrás en este aspecto, cada isla presenta un diseño único, en más de una ocasión me he sorprendido a mi mismo con la boca abierta y la cabeza pegada a la pantalla. Desde diferentes climas hasta minas y bosques de cerezos. Todo en este juego resalta por su belleza.
Pero no solo las islas, el mar está repleto de diferentes eventos que podremos aprovechar gracias a los espíritus que nos acompañan. Una infinidad de minijuegos diferentes te esperan en el vasto mar que presenta SpiritFarer. Cada cual nos dará diferentes materiales que podremos usar o procesar para seguir avanzando en nuestra aventura.
Conclusiones
SpiritFarer es un juego de gestión de recursos envuelto en una increíble y bella capa, con una trama sencilla pero con potencial para sorprender, y una banda sonora sin igual. Las mecánicas de cada uno de los diferentes edificios y de la propia Stella están medidos al milímetro para asegurar un viaje entretenido y satisfactorio. No podría terminar este análisis de SpiritFarer sin decir que me enamoró desde el momento en que comencé a jugarlo. Despedirse puede ser doloroso, pero es parte del viaje.